martes, 22 de febrero de 2011

Monos y Humanos

Dar y luego recibir, de la individualidad al grupo, este cambio desde la individualidad miope no es fácil porque la inercia nos ancla, ser un nosotros no es una obligación si no una motivación.

En un experimento de comportamiento se colocaron 6 monos en una jaula, en el centro de la cual  se encontraba una escalera  que permitía alcanzar un racimo de plátanos  que colgaba del techo. En cuanto uno de los monos intentaba alcázar los plátanos, se les rociaba  a todos con agua helada, lo que hacía  que desistiera de su intento. Este proceso se repitió  tantas veces como intentos por alcanzar  los plátanos realizaron los monos. Finalmente, cuando alguno de los monos intentaba alcanzar los plátanos, eran sus propios compañeros  los que  le impedían  acercarse a la escalera a golpes hasta que el mono desistía de su intento.
Llegados a este punto se saco uno de los monos de la jaula y se introdujo uno que evidentemente no había participado en el experimento. Al poco de entrar en la jaula el mono intento encaramarse a la escalera, sus compañeros le golpeaban ante la posibilidad de una ducha helada. El nuevo mono no entendía nada, pero tras varios intentos se dio cuenta de que no podía acercarse a los plátanos, a menos que deseara ser vapuleado.
En ese momento se saco de la jaula a otro de los monos que empezaron en el experimento  y se introdujo  uno que desconocía el funcionamiento del mismo. Igual que en el caso anterior, el mono intento coger  los plátanos  y cada vez que lo intentaba  todos sus compañeros de jaula se abalanzaban sobre él para impedírselo.
La nota curiosa es que  el mono que se introdujo a mitad del experimento y que no tenía experiencia de haber sido rociado con agua helada  también participaba en la agresión, aunque sin saber por qué. Para él simplemente no estaba permitido acercarse a la escalera. Poco a poco se sustituyeron los monos que comenzaron el experimento por otros que no habían pasado en ningún momento por la situación de haber sido rociados con agua helada.
Cuando se sustituyo el último mono de la jaula, el comportamiento de los simios siguió siendo el mismo, a poco que el nuevo mono intentaba acercarse a la escalera, era vapuleado por sus compañeros aunque llegados a este momento, nadie sabía por qué ya que ninguno de ellos había sido rociado con agua helada
Sin duda se había establecido una regla, está prohibido subir por la escalera y quien lo intente se expone  a una represión por parte del resto del grupo.
Quizás sea verdad que en ocasiones los monos reflejan un comportamiento casi humano, o quizás seamos los humanos los que nos comportamos como monos.

lunes, 14 de febrero de 2011

Cuenterali@- sección de Humor ( cuentos cortos)

Cuenterali@

Posiblemente el espacio de humor.................más demandado.

Como en todo relato que vaya para un rato, a educación obedece presentar a los actores de  este acto.

Erase que se era una mujer con mucho culo y poca sesera, princesa del cuento llamada Lomera, casada con el Vizco-nde de las Arenas que es de empújame y no puedas, en el cuento aparecía el bufón de la corte que por su poca importancia solo mención merece, casado con la marquesa,  la de una sola ceja, criada y crecida en una ciudad vecina.

Que glamour, que derroche, solo faltaba el justiciero enjuto para poner el broche, el sopla flautas Tinín (flautista de Hamelin) le llamaban, mezquino y ruin, con su soniquete a los demás cautivaba, que voz, que elocuente como embaucaba a la gente, que lo cuente, que lo cuente.

Si este cuento ¿es cierto o no es cierto?, entonaba en su mejor concierto, subido en el escenario presumía de sus hazañas, con Chanzas y Jacarandas.

Su hasta entonces amiguito, el ratoncito engalanado, cabreado estaba un rato por que le habían suplantado, su sello en este acto, pero no es de extrañar ratoncito, le decían sus aliados, es que tú y los sellos nunca habéis cuajado.

A mas a mas de esta Nobleza, estaba la plebe, que os cuento aunque me da  pereza, El príncipe retardado  que no es por él, que lo da el condado, que con el marques solidario y el de la familia del al lado formaban un ente muy apiñado. Mención especial merece el enano amurallado  que siempre viaja de la mano, del tocinillo encantado.

El Señoriíto pucheritos, el hortera de la pera y el llorón de la pradera se sumaron  a la fiesta.

Que jolgorio, que alborozo, Tinín  y la princesa no cabían de gozo, Cuantos maravedíes en la  buchaca disfrutando como locos entre tanta caca, nadie entendía de donde salía, aunque su origen si se sabía, la duda que nos cabía era de donde procedía, si de aquella boca de tranvía o más bien sería de aquel enorme trasero por el que  se pedía, Perdonen mi osadía  por tanta escatología, pero es que si ustedes la vieran, la duda también tendrían.

Y colorín colorado este cuento ya ha comenzado......................................... Continuara, vaya si la hará, con muchos otros personajes de este pelaje, perdón quise decir Linaje.)

Los personajes de este cuento son de ficción, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Fdo: El Alcázar, dice lo que otros callan.